Este viernes he tenido una misión especial. He acompañado a Xavier a transportar unos cuadros desde una empresa de París hasta la casa. Hemos cogido un coche de transporte, correas para amarrar la mercancía y todo lo relacionado con el embalaje.
Hemos llegado donde se encontraba la exposición, hemos descolgado los cuadros, los hemos embalado en papel de ese de pompitas de aire y al carruaje. Son los cuadros de un artista chino, algunos muy bonitos, otros para mi gusto... no tanto.
Obviamente el transporte ha sido con mucha calma y haciendo las cosas bien porque son obras de arte pero más cuidado debíamos tener por el precio en el que estaban valorados. Entre todos suman unos cien mil euros, ahí es nada. Como para que se te caiga... jajajaj Volvimos, descargamos los cuadros en casa y nos quedamos hablando un rato.
El sábado por la mañana tenía el partido de fútbol. Nos reunimos en el estadio y comenzamos a jugar contra un equipo francés. Las instalaciones deportivas de aquella zona están muy bien. Desde fuera parece un pabellón cerrado pero una vez que entras en el edificio y pasas a la zona interior está abierta al aire libre, tiene un campo de hierba sintética dividido en dos de fútbol 7, pistas de fútbol sala, baloncesto, pista de atletismo, pistas de tenis, piscina... y por si quieres venir también con los amigos a jugar, es gratuito.
Después del partido volví a casa para descansar pero tenía una invitación de una chica italiana por su cumpleaños y la gente del partido de fútbol también organizaban algo en casa de uno de ellos, así que distribuí el tiempo. Primero estuve un rato en el pub donde Giulia celebraba el cumple y después me pasé por casa de Federico.
Jajjaaj me estaban esperando con un plato tricolor de varias pastas que habían hecho. Me tomé unas cervezas, hablamos un poco del partido y conocí a un montón de gente nueva. Quien diga que el deporte no crea vínculos de amistad... no sabe lo que se pierde.
El domingo me levanté para almorzar algo rápido y coger un tren en la garde du Nord hasta el stade de France. Conseguí una entrada para el torneo de rugby del VI Naciones entre Francia e Irlanda y me planté en el estadio solo con un bocata para pasar la tarde. Cuando por fín conseguí que alguien quisiera venir conmigo ya no quedaban entradas. Bueno, pues solo.
Nunca había estado en el estadio, nunca había estado en un partido de rugby y menos tan importante. El ambiente es muy distinto al del fútbol. Las aficiones estaban mezcladas y se respiraba un aire de batalla increíble.
Como llegué una hora antes, me dio tiempo de ver como entrenaban las selecciones y como se iba llenando el estadio. Al lado me tocaron dos viejos franceses que llevaban hasta sus mini prismáticos para ver las jugadas jajaja que gracia. Durante el partido una forma de animar muy distinta al fútbol, mucha deportividad entre las dos hinchadas, unos aplaudían las buenas jugadas de los otros. Me gustó mucho mucho, aunqué eché de menos a Pablo, un colega de Granada que le encanta el rugby más que nada y sé que le hubiese encantao venir al partido. Pero vaya, ya volveremos!!
Por aquí por la entrada dejo algunas fotos y videos. Terminó en empate, cosa muy extraña en rugby. En cuanto terminó noté algo extraño y era que la gente abandonaba el estadio como si hubiese una bomba.
Luego caí en la cuenta, el RER!!! imagínate 80.000 personas para coger un tren para París y lloviendo. Ahora lo entendí todo. Pues con agujetas y todo salí corriendo y llegué de los primeros a la estación justo cuando pasaba uno de los trenes.
Cuando llegué a casa estaba bastante empapado. Estaba lloviendo con intensidad pero una ducha caliente y una cena lo curan todo. Gran finde!!!!
Este viernes he tenido una misión especial. He acompañado a Xavier a transportar unos cuadros desde una empresa de París hasta la casa. Hemos cogido un coche de transporte, correas para amarrar la mercancía y todo lo relacionado con el embalaje.
Obviamente el transporte ha sido con mucha calma y haciendo las cosas bien porque son obras de arte pero más cuidado debíamos tener por el precio en el que estaban valorados. Entre todos suman unos cien mil euros, ahí es nada. Como para que se te caiga... jajajaj Volvimos, descargamos los cuadros en casa y nos quedamos hablando un rato.
