14 sept 2011

00:22h:00m:00s

Dicen que el tiempo pasa volando, y así ha sido. De 22 días se ha reducido a 22 horas en un plis. Lo que nunca imaginé es la visión que tendría de las cosas, de mis amigos y de mi entorno en ese tiempo. Empiezas a ser consciente de todo lo que has tenido y has dado por hecho que tendrías siempre. Disfrutas cada momento de una forma totalmente diferente a como lo has hecho en todo este tiempo, hasta la cosa más insignificante. Por eso es posible que más de una vez me haya quedado mirando a las musarañas, en más de un sitio y en más de un momento.

Se hace raro pensar en que mañana voy a coger mi maleta y me voy a marchar de aquí por un largo tiempo. Creo que todavía no soy consciente de ello, pero ya me iré haciendo a la idea. No es la primera vez que dejo atrás lugares, experiencias, amigos... pero al haber compartido todo el día y cada día con ellos, si que es la vez que me resulta más duro separarme de gente que me ha dado tantísimo y ha estado conmigo en cada momento que los he necesitado.

¡¡¡Va por vosotros!!!