Retomando donde me quedé la última vez. Han pasado 9 días en los que he estado de vacaciones de Navidad con la familia. Después de aterrizar en el aeropuerto me sentía feliz por llegar de nuevo a París. Ver que la familia está bien, los chicos están bien y todo va genial me hizo sentir muy bien.
Pasé toda la tarde deshaciendo la maleta, ordenando un poco la habitación, mirando algunos ejercicios porque los exámenes están a la vuelta de la esquina, mirando internet...
A la mañana siguiente Giulia me invitó a almorzar en su habitación de la residencia universitaria donde está. Es del CROUS y no está nada mal, además paga muy poco, cerca de la gare de Lyon. Me hizo gnocchi para almorzar, yo puse el vino y nos contamos como pasamos las vacaciones, ella también fue a Venecia a ver a la familia.
Por la tarde me quedé con ella, que si café, que si más vino, que si te cuento esto y lo otro... total que se hizo de noche y me cocinó unos lacitos de pasta con carbonara (si es que na más que comen pasta!).
La mañana del 31 me dio por levantarme y recordar lo poco que se de sevillanas, así que estuve marcando en mi habitación algún que otro pasito de la primera. Luego me llamó Kike y quedé con él, Alessandra, Giuliano y Luis en el Pantheon. Ya lo visitaré con más calma, hay grandes personalidades allí enterradas, entre ellas Pierre y Marie Curie, y está el primer péndulo de Foucault.
A la salida de trocadero nos encontramos con que estaba totalmente colapsada de gente y la policía iba dirigiendo al personal hacia otras salidas. Una cantidad de gente... esto si que parece una marea humana.
Conseguimos salir a la plaza de trocadero justo antes de las 12, en ese momento la torre Eiffel se puso a parpadear, señal de las campanadas, a comerse las uvas al son de mi voz jajajajaaj era muy divertido ver como los italianos se atragantaban con las uvas jajajajaa, vino, champagne celebración, fiesta, buen rollo y felicidad hasta 30 minutos más tarde.
A partir de aquí empezó la guerra, la gente empezó a desvariar. Las entradas de metro colapsadas, la gente pegándose por la calle, botellas volando a diestro y siniestro, cristales por todo el suelo, policías corriendo en grupo con escudos de un lado para otro. Una batalla campal como no he visto antes. Una sensación de inseguridad, de que en cualquier momento se lía al lado tuyo y no lo ves venir increíble. Tuvimos que marcharnos andando hasta una estación de metro próxima a trocadero.
Mi consejo es que si quieres pasar un fin de año guay en París, hagas todo eso hasta la hora de cenar. Luego vete a un restaurante normalito a cenar y pasar la noche, no digo en la torre Eiffel (950 euros la cena, cotillón...) digo en un restaurante normalito. Van a cerrar desde dentro y van a estar todos de fiesta hasta altas horas de la madrugada. Fue lo que nos encontramos cuando caminábamos de un sitio a otro. No te quedes en la calle y los pubs libres estaban abarrotados.
Un fin de año, nuevo, diferente, sorprendente tanto en lo bueno como en lo malo, lejos de casa, con gente de otro país... No lo olvidaré jamás.